Creo que esto va rozando la enfermedad. Sigo obsesionada esperando un: ¡Hola! ¿qué tal? que nunca llega. Las lágrimas brotan cada día a la hora de estudiar, cada noche a la hora de dormir, ya que no me dejabas hacer ninguna de las dos cosas.
He notado cierta debilidad en mi cuerpo, un profundo cansancio en mis huesos, un suspiro sin la fuerza suficiente para emitir sonido. Oigo mi corazón, lleno de carencias, con una arritmia que poco a poco se va haciendo crónica, los latidos no acostumbran a tantas emociones juntas.
Me encantaría abrazarte, decirte que te echo de menos, besarte hasta quedarme sin labios, y por qué no, hacer el amor, sin tener en cuenta el tiempo, sin pensar tan siquiera. Recorrernos con los dedos cada poro de la piel, inspeccionando cada uno de nuestros lunares, pasando por alto que se haga tarde, camuflándonos entre sábanas, peleándonos con cojines, comiéndonos a besos, amándonos en el silencio inexistente de un orgasmo...
Si te soy sincera, más que nada echo de menos nuestras mentiras llenas de posibilidad: un futuro viaje, un para siempre, una canción dedicada, unas palabras de novela... En resumen, echo de menos nuestros planes que no hicimos, nuestros sueños que no logramos, nuestros deseos que no cumplimos, nuestro amor que no gastamos.
He notado cierta debilidad en mi cuerpo, un profundo cansancio en mis huesos, un suspiro sin la fuerza suficiente para emitir sonido. Oigo mi corazón, lleno de carencias, con una arritmia que poco a poco se va haciendo crónica, los latidos no acostumbran a tantas emociones juntas.
Me encantaría abrazarte, decirte que te echo de menos, besarte hasta quedarme sin labios, y por qué no, hacer el amor, sin tener en cuenta el tiempo, sin pensar tan siquiera. Recorrernos con los dedos cada poro de la piel, inspeccionando cada uno de nuestros lunares, pasando por alto que se haga tarde, camuflándonos entre sábanas, peleándonos con cojines, comiéndonos a besos, amándonos en el silencio inexistente de un orgasmo...
Si te soy sincera, más que nada echo de menos nuestras mentiras llenas de posibilidad: un futuro viaje, un para siempre, una canción dedicada, unas palabras de novela... En resumen, echo de menos nuestros planes que no hicimos, nuestros sueños que no logramos, nuestros deseos que no cumplimos, nuestro amor que no gastamos.